El hombre impresora

El periódico gratuito en gallego De luns a venres ilustra hoy en su portada la noticia del temporal con una imagen que me ha llamado la atención.

Si nos fijamos en la fotografía, firmada por un tal Cabalar y de pie Un hombre en bañador pasea por la playa coruñesa de Santo Amaro, todas las pisadas en la arena son del señor. A su derecha la playa está limpia, y su izquierda está cubierta de huellas sucesivas y paralelas, rotas únicamente por esos rastros irregulares en el centro de la foto, que parecen de un perro jugando. También se nota un taconazo que se marca a lo largo de varias hileras, una cojera que quizás explica este ejercicio tan disciplinado del caminante, que podría ser una rehabilitación.

Mi propensión a la obsesión compulsiva hace que el señor me caiga bien. ¿Es lo suyo una gran manía? A lo mejor solo es un hombre práctico que mide su paseo de una manera sencilla a la que no da mucha importancia, ya que al ir llenando la playa con sus pasos sabe que camina siempre la misma distancia.

Pero prefiero imaginarme que es un viejo cascarrabias cumpliendo con su inflexible paseo diario. Se levanta, cumple todas sus costumbres matutinas, que se habrán hecho casi sagradas con la edad, y llega a su playa, que sabe que estará limpia por la marea como la pizarra de un colegio por la mañana. Seguro que le molesta encontrarse a veces la arena estrenada por otros, y que el desastre que ha hecho el perro en esta ocasión le ha estropeado algo el comienzo del día. «Mañana, antes de empezar, me lleno los bolsillos de piedras».

Y quien hizo la fotografía, ¿se habrá fijado también o la tomó al tuntún?