18 agosto, 2007

Jugando a indios y vaqueros

Sin comentariosHace unos años, en una conferencia de prensa al lado de George W. Bush, José María Aznar, el presidente de España, dijo, con acento texano para asombro de todos, aquello tan famoso de: Estamous trabahandou en eillou... Como el anuncio del snack de Matutano: fritous, fritous, fritous, fritous de maís... Con todo lo que se comentó la noticia, me sorprendió que nadie mencionara lo preocupante que era que alguien adulto, la persona que tenía más influencia en las vidas de los españoles, hiciese algo como hablar imitando el acento yanqui ante las televisiones de todo el mundo. La mayoría de la gente lo vio como una anécdota graciosa u otro motivo para burlarse del presidente odioso. Sin embargo, por lo que implicaba, a mí no me pareció nada divertido. Cuando vi el vídeo por primera vez en un telediario no me sentí solo avergonzado, me eché literalmente las manos a la cabeza, asustado y desesperanzado al conocer qué tipo de personas pueden llegar a gobernar un país. Y no, ese acento americano o su reciente chapurreo en italiano no son debidos al FAS (o síndrome del acento pseudoextranjero). Esa es una rarísima enfermedad asociada a traumas cerebrales graves, y los extraños modos de hablar que adoptan los que la padecen, son crónicos.

      Recuerdo a un amigo de mi colegio, cuando teníamos unos doce años, que habló durante una semana con acento mexicano. Había quedado muy impresionado por unas vacaciones en México en las que visitó a su padre y a su hermano, a los que idolatraba. Como les pasa a tantos provincianos que viajan a alguna metrópoli, volvió de allí un poco mexicanizado. No dejaba de contarnos historias sobre la valentía de su hermano mayor —hazañas que su hermano exageraba al contárselas— que ocurrían en un México casi mítico en el que todo era mejor que en España: los coches, las casas, la comida... Nos preguntaba, "¿No creéis que se me ha pegado un poco el acento?". Nosotros le contestábamos que no, por raro y para hacerlo rabiar porque nos daba envidia.

      Normalmente, solo los niños imitan así un acento extranjero, se disfrazan a diario de lo que desean ser, intentan cambiar su nombre por un apodo molón o se comportan de otras maneras que también evidencian una personalidad excesivamente influenciable, poco formada o con carencias afectivas. Por ejemplo, a mi amigo se le notaba a veces que estaba viviendo el divorcio de sus padres, por eso tenía media familia en América.

Con un purito, cortando el bacalao      Nuestro ex presidente es de los pocos adultos que conozco con un comportamiento similar. En realidad, solo conozco a dos. Al primero al que vi haciendo algo parecido es a John Balan, un personaje de Santiago de Compostela que se hace llamar así, salido de un psiquiátrico —aunque casi lo parece de un libro de Álvaro Cunqueiro o Castelao— que se pasea a veces por la calle vestido de vaquero y hablando un inglés macarrónico. Para los que no lo conocen, a veces hasta da el pego. Está un poco loco, cosa que no creo que se pueda decir de Aznar. El presidente solo parecía desequilibrado, ilusionado como un niño y endiosado hasta el descontrol por hacerse fotos y codearse —más bien poner con él los pies sobre la mesa— con su amigote americano. Da miedo pensar que alguien tan infantil, inestable e influenciable como para actuar de esa manera fue el que decidió, personalmente y contra el consejo de sus asesores y las protestas de su pueblo, que España entraba en una guerra que, además, tuvo para nosotros las espantosas consecuencias que vimos más adelante.

Aznar, en una entrevista reciente      Aunque ahora Aznar se defiende y huye hacia adelante, se comporta de manera extravagante, no tiene buen aspecto y parece hundido. Como todo hombre en una posición alta, supongo que estará rodeado de aduladores que le dicen lo que desea escuchar; pero estoy convencido de que, alguna vez, duda. No creo que sea un psicópata incapaz de sentirse culpable. Tiene que preguntarse si con el poder perdió de vista el suelo y si cometió enormes errores que le hacen merecedor de su impopularidad y responsable en parte del atentado del once de marzo. Yo me imagino que vivir con una duda como esa, aunque sea ocasional y breve, es capaz de torturar el ego más invulnerable a la autocrítica. Aznar quería salir en la foto al lado de los políticos norteamericanos ilustres; pero me temo que ha quedado más bien con los infames, como Truman, Johnson, Nixon y el mismo Bush.

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8 comentario/s (feed de esta discusión):
Blogger Leónidas Kowalski de Arimatea escribió:

Me vas a permitir un largo aplauso por esta entrada. Plas, plas, plas...

Aunque yo no creo que se le vea ahora con mal aspecto, como si la conciencia lo torturara. Para empezar, no creo que esta gente de ego hiperdesarrollado tenga conciencia, y si la tienen, queda más que compensado ese hipotético remordimiento por los lameculos que le andan detrás. Yo también he notado que tiene un aspecto extraño, como ido, pero imagino que es el suyo por naturaleza, lo que pasa es que ahora le faltan los asesores de imagen.

Quizá no deberíamos sorprendernos por las payasadas del amigo Ánsar (ahora mismo me estoy acordando de cierta foto en la que el insigne mandatario aparecía con una gorra militar, imagina la pinta que tenía, con esas melenas que siempre lleva el colega). En mi opinión, para ser presidente, rey, papa, o cualquier "carguito" así hay que carecer de sentido del ridículo, tener muy poca vergüenza y un ego a prueba de bombas... o de atentados en Madrid con doscientos muertos.

Nada, definitivamente no creo que este caballero pierda el sueño por nada. Ni él ni tantos otros como él. ¿Te has fijado que en este bendito país nadie dimite de su cargo, pase lo que pase, escándalo tras escándalo?

Ay, cuantou los quierou.

8/18/2007 11:19:00 p. m.  
Blogger Psicopanadero escribió:

Pues no sé, a mí el estado actual de este tipo me da bastante igual. Si quiere hablar con acento mexicano, italiano o tailandés es problema suyo. Del mismo modo, me da bastante igual que Zapatero tenga esas cejas raras o Rajoy ponga cara de pervertido sexual cada vez que sonríe. Lo importante son las decisiones que toman y qué efectos tienen éstas en la vida de los otros. Lo demás, cosas veredes.

8/20/2007 04:40:00 p. m.  
Blogger Gerardo escribió:

Leónidas, aunque igual juzgo a los demás según mi forma de ser, a mí me parece casi inconcebible que al señor no le afecte semejante duda. Otra cosa es lo que le vaya en ello. Una persona decente no soportaría el peso de varias vidas sobre su conciencia, una persona menos decente lo que no soportaría sería su descrédito personal y político. Lo que le toca a él, ya no lo sé.

Sr. Póker, no creas que a mí me importa demasiado la cuestión con lo desencantado que estoy de la política. A veces me sigo asustando o indignando con algunas cosas, como esta, pero ilusión o militancia políticas, tengo muy pocas. Si lo que te importa son las decisiones que toman los gobernantes y qué efectos tienen en nuestras vidas, yo creo que lo menciono en este artículo es entonces relevante: la razón que creo que llevó la política de España en algunos asuntos, que creo que fue el éxtasis egocéntrico y provinciano de su presidente. En realidad no es nada nuevo, de idioteces parecidas y otros megalómanos peligrosos está la historia plagada de ejemplos.

8/20/2007 08:34:00 p. m.  
Blogger Bereni-C escribió:

Yo iba a dejar mi opinión, pero es que coincide 100% con la de Leónidas así es que solo diré que me sigue gustando (mucho) leer este blog.

8/20/2007 11:11:00 p. m.  
Blogger Gerardo escribió:

Gracias, Bereni-C.

8/21/2007 09:27:00 p. m.  
Blogger Psicopanadero escribió:

"Si lo que te importa son las decisiones que toman los gobernantes y qué efectos tienen en nuestras vidas, yo creo que lo menciono en este artículo es entonces relevante: la razón que creo que llevó la política de España en algunos asuntos, que creo que fue el éxtasis egocéntrico y provinciano de su presidente."

Para mí está bastante clara la motivación de Aznar. Pero lo que digo es que ésta no tiene importancia. Una decisión política, sea del Ánsar, Marianico o ZP, se puede juzgar perfectamente sin necesidad de encontrar cuál es la razón personal que llevó a un determinado personaje a tomarla. Con Aznar y la guerra de Iraq ya poco importa lo que se diga o deje de decir al respecto, pero en otros temas es bastante más importante, e incluso puede ser contraproducente. Por ejemplo, ante las obras descontroladas que se están sufriendo en muchas grandes ciudades es lógico pensar que los políticos que autorizan ésto quieren ganarse un sobresueldo a costa de nosotros, los hacenda..., quiero decir, el pueblo. Pero más vale que este no sea el argumento central en contra de las "remodelaciones urbanísticas", a no ser que lo puedas probar, claro, ya que si no sólo estarás echando piedras sobre tu propio tejado.
Cambiando un poco de tercio, a mí tampoco me va demasiado la política. Sirve para echarse unas risas (reir por no llorar), no para mucho más. Lo único que me toca los huevos es como se rasgan las vestiduras los que se dicen de izquierdas cada vez que los neocons hablan del intervencionismo del Estado (como, por ejemplo, con el tema de Endesa y Gas Natural... valiente gilipollez fue ya privatizar en este campo como para ahora achantarse ante reproches y sinsentidos como esos).

8/22/2007 01:57:00 p. m.  
Blogger Gerardo escribió:

[Para mí está bastante clara la motivación de Aznar. Pero lo que digo es que ésta no tiene importancia. Una decisión política, sea del Ánsar, Marianico o ZP, se puede juzgar perfectamente sin necesidad de encontrar cuál es la razón personal que llevó a un determinado personaje a tomarla.]

Bueno, no sé si siempre es importante conocer las motivaciones de una decisión política, pero, interesante, sí me lo parece. O al menos algunas.

8/23/2007 11:51:00 a. m.  
Blogger quark schiz escribió:

A los tiempos que paso por este blog (no sabía que era un blog español,).

Lo que dices sobre el esnobismo infantil lo que he visto en vivo y en directo en un hermano que tengo (que no es precisamente un niño cronológicamente). Y bueno, hay acentos y vocablos extranjeros que francamente me gustan y su chapurreo en la jerga diaria lo veo más a modo de joda. Que haya gente que se lo tome en serio y que piense que eso los hace distinguidos, o más bien dicho, que ese tipo de afectación los va a librar de sus propias y cansinas taradeces nativas o inherentes en su persona es otra.

9/02/2007 03:55:00 a. m.  

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01 agosto, 2007

Mundo 2.0

Mucha gente se queja con razón de la continua idiotización de los telediarios. Si no quieres ver un telediario que insulte a tu inteligencia desperdiciando la mayoría de su tiempo con deportes e historietas, hay que recurrir a CNN+, poco objetivos a veces (qué entrevistador más agradable es Antonio San José) o a Euronews, mi preferido; pero ambas cadenas no están disponibles para todo el mundo. Los deportes siempre han ocupado la mitad de los informativos, aunque ya está uno acostumbrado a dar por terminado el telediario cuando aparece en la pantalla el dinámico locutor de la sección; pero es indignante que ahora, cada vez más, el resto del tiempo se desperdicia sustituyendo las verdaderas noticias por anecdotillas presentadas con algún chiste por un locutor que segundos antes parecía muy afligido con la tragedia del día. Los responsables de informarnos prefieren no aburrirnos demasiado ―no vaya a ser que se les cuele media hora de calidad en la programación―, por lo que nos cuentan los sufrimientos de nuestros groseros famosos, nos presentan una competición de paellas gigantes o, peor aún, nos intentan vender, como si fuese una noticia cultural, la última película de Hollywood.

      Esta misma impresión de ser noticieros basura me la han dejado los periódicos gratuitos que han surgido como setas: ADN, 20 Minutos, Qué!, Metro, etc. Debido a mi trabajo de las últimas semanas, que me dejaba muchos momentos libres con pocas opciones para entretenerme, los leí regularmente de lunes a viernes. Al principio agradecí mucho que un compañero se molestase por la mañana en recolectarlos y traérnoslos a los demás; pero a los pocos días acabé aborreciéndolos. Son todos iguales: tratan las noticias superficialmente, con una redacción informal, faltas de ortografía, hasta con cachondeo inadecuado, y hay demasiadas sobre televisión, estrenos de cine y cotilleos; los artículos de opinión suelen ser obviedades y simplezas que impresas dan vergüenza, ya que como mucho son adecuadas para un blog, (quizás sus redactores son blogueros, no me he molestado en investigarlo); los test superan en estupidez incluso a los de la revista Cosmopolitan, que ya es decir (¿Eres una persona divertida?); y muchos contenidos son sacados de internet y se parecen a esas gracias en cadena que todos recibimos en el correo electrónico. Creo que lo único se salva es el humor inteligente de Ernesto Rodera, el dibujante de ADN,

      Cuando me pregunto por qué tiene tal éxito un formato tan mediocre ―al parecer están perjudicando incluso a los periódicos de verdad―, no creo que el que sean gratuitos lo responda todo. Pienso que sucede lo mismo que con la televisión, que es una porquería porque en realidad es lo que pedimos. Algunos dicen que si en la tele programasen contenidos de calidad serían bien acogidos, que la telebasura se ve porque no hay otra cosa, incluso afirman los más alucinados que es algo auspiciado por los poderes legales y fácticos, a los que les conviene embrutecer a la masa. Para mí, internet es la prueba de que esto es falso.

      En internet puedes escoger sin imposiciones lo que consumes, eres libre de seleccionar lo mejor, si lo deseas. Sin embargo, todos estamos aburridos de ver que, de entre una misma oferta de un producto similar ―como los blogs, otra vez― lo que acaba siendo popular e incluso premiado no suele tener calidad, que, como siempre, es escasa y poco reconocida. Otro ejemplo de que la cultura y la información no las puede difundir cualquiera, sino que necesitan especialistas formados o por lo menos su supervisión, es la Wikipedia. La enciclopedia de edición libre, que tanta calidad tiene en algunos artículos, no es nada fiable en algunas entradas, como las que tratan temas políticos, pseudocientíficos y religiosos o de sectas, ya que son vigiladas por fanáticos, adeptos y militantes que logran fijar su versión del texto, censurada y parcial. Y no hay más que dejarse caer por Menéame, ejemplo de la famosa web 2.0, para presenciar en directo el triunfo de la morralla. El principio de la web 2.0, que consiste en delegar la gestión de los contenidos al público, falla en algo de perogrullo: si el público controla los contenidos, solo se consiguen contenidos vulgares.

      Si el periodismo que viene y la web 2.0 son esto, que dios nos coja confesados. Por lo de pronto, yo pongo mi granito de arena en su contra abandonando las cafeterías en las que no se molestan en comprar un buen periódico.

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8 comentario/s (feed de esta discusión):
Blogger Javi escribió:

Aunque comparto la opinión de que tenemos lo que pedimos, lo que me parece realmente jodido es, precisamente, encontrar la forma en que uno se puede informar correctamente.

Como consumidor patológico de morralla, puedo decir que muy probablemente sea en parte culpa mia el no saber donde encontrar información fidedigna. Ahora bien, también puedo decir que, las veces que la he buscado, me ha resultado difícil encontrar algo que me informe de cosas interesantes y, a la vez, me demuestre que lo hace desde el punto de vista más objetivo y conciso posible. Al final, me encuentro con que me cuesta encontrar información y (vale, sí, puede que por vagancia) acabo idiotizandome de nuevo frente a la última serie bobochorras o al telediario de costumbre.

Por cierto, un placer volver a leer algo tuyo.

8/01/2007 06:36:00 p. m.  
Blogger Leónidas Kowalski de Arimatea escribió:

Quizá es que no nos merecemos nada mejor, Gerardo.

(Ey, qué bueno que volviste).

8/01/2007 08:55:00 p. m.  
Blogger Bereni-C escribió:

Pues esto es lo que hay, y hay que aguantarse ¿sí? Quisiera pensar que no pero.. pff... aquí sólo triunfa lo que le gusta a las masas, lo que da dinero, lo que produce. Hay mierda por todas partes. Mi tema favorito: el de la música española. Hay uno o dos estilos que, o te gustan, o vas apañao. Letras idiotas, ritmos machacones, cursilería al cuadrado. ¿Hay otros grupos y otro estilo? Sí pero es que cuesta dios y ayuda encontrarlos. En fin... soy pesimista.

8/01/2007 10:19:00 p. m.  
Blogger Leónidas Kowalski de Arimatea escribió:

Al hilo de lo que comenta Bereni-C, ¿alguien sabe qué criterio se sigue para seleccionar a los cuerenta principales esos tan famosos y normalmente mierdosos? Jamás lo podré entender.

8/01/2007 11:12:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió:

Bueno, Gerardo.
El mundo funciona así. Estos periódicos no los lee la gente que habitualmente ha leído la prensa, digamos, "normal". Los lee gente que, antes de existir estos minidiarios, pocas veces había tenido un periódico en las manos. Son personas que quieren saber más o menos lo que va pasando por el mundo, sin que eso les lleve un esfuerzo extra en su plan del día. Y para eso estos diarios son perfectamente válidos.
Si quieren más rigor y profundidad, pueden comprar otros o consultarlos por Internet. Lo que pasa es que probablemente no quieran dedicar su tiempo a eso, porque tengan otras prioridades. De no existir estos diarios, ¿Crees que esta gente compraría periódicos más decentes? Personalmente no creo que ambos tipos de periódicos se hagan competencia mutua, porque no ofrecen lo mismo.
Lo mismo sucede con los programas de la tele. El "Aquí hay tomate" o cualquiera de su estilo, no hacen la competencia a los documentales de la 2, ni viceversa, porque se dirigen a tipos diferentes de público. Si no existieran los programas de cotilleo y todo en la tele fueran programas educativos, la gente que ve los cotilleos no cambiaría de tendencia ni se pondría a ver documentales de un día para otro. Si actualmente no los ve, es porque no le interesan. Y es así, nos guste o no. Los programas que tienen algún interés cultural tienen unos pésimos índices de audiencia. La gente cuando sale de trabajar no quiere pensar. Prefiere ver el semanario deportivo, los cotilleos de turno o cualquier serie cutre antes que un documental que le exponga los efectos de los disruptores endocrinos sobre la prevalencia del cáncer en la población expuesta a altas dosis de polifenoles. Es lo que hay. La tele es un producto de consumo más. Hay más de lo que más se demanda, simplemente. Lo que sí es cierto es que, así y todo, aunque los que queramos ver otra cosa estemos en minoría, no estaría de más que pudiéramos disfrutar de una programación cultural de calidad en algún canal. Porque actualmente, en la tele pública, no es que nos traten como una minoría. Es que directamente nos ignoran.
Saludos,
Miri

INCONFORMISTA: Es difícil discernir entre un sitio donde ofrecen información objetiva y otro que simplemente está bien currado, pero ofrece información de calidad. Yo en general nunca me fío de ninguna página personal. Intento sacar información de páginas oficiales y, si puede ser, en cuya elaboración participen múltiples instituciones. Ejem: Para sacar información sobre el cambio climático, no buscaría en Wikipedia ni en en un blog, sino en el Panel Interguvernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), de carácter oficial y que recopila estudios de todo el mundo. También me gusta que la información que en la información que busco esté citada la fuente de los datos a partir de los que se ha obtenido. También, leyendo te puedes dar cuenta de que muchos artículos de información están plagados de calificativos. El hecho de que una noticia, artículo, etc., esté plagado de juicios de valor no es un buen presagio de objetividad, salvo que se trate de un artículo de opinión (del que, por supuesto, no esperamos objetividad). Ejem: "La desastrosa política económica del presidente..." o "El maravilloso descubrimiento de...", o "El cambio climático será una catástrofe"... De partida, desconfía de todos aquellos medios que califican los sucesos. Los medios de información deben darte la notica de la forma más aséptica posible. Calificarla es asunto tuyo. Lo demás es manipulación.
Besitos,
Miri

8/02/2007 04:16:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió:

Errata en mi anterior comentario. Donde dije: "Es difícil discernir entre un sitio donde ofrecen información objetiva y otro que simplemente está bien currado, pero ofrece información de calidad", quería decir " Es difícil discernir entre un sitio donde ofrecen información objetiva y otro que simplemente está bien currado, pero NO ofrece información de calidad"

8/02/2007 04:19:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió:

De hecho, a mí me interesan las noticias deportivas (me molan los fichajes del verano) pero en televisión son auténticamente insufribles los espacios dedicados al deporte, en particular los de Antena 3, con un tipo diciendo chorraditas y gilipolleces, metiendo juegos de palabras relacionados con la imagen que se está viendo y demás. Otro que tal baila es el Nico Abad de Cuatro, otro tío medio insoportable.

Incluso a los que nos gusta la información deportiva, aun de vez en cuando, tenemos derecho a que no sea un circo para niños de 10 años... Que me informen normalmente, no hace falta que intenten hacerme sonreír, que no lo van a conseguir; quiero saber si Ballack firmó ya por el madrid, no que me cuenten un chistito estúpido.

8/04/2007 09:33:00 p. m.  
Blogger Gerardo escribió:

Bueno, como digo ahí arriba, no tengo internet; pero como no había avisado, respondo a vuela pluma ya que, por supuesto, sí que leo los comentarios, que me llegan al correo. Saludos y abrazos de paso.

Inconformista, para mí no es tanto el problema que la información esté sesgada, algo de lo que puedo más o menos darme cuenta (y en algunos casos no me importa), sino que te la presenten como si fueras un tonto del bote, que aburre y hasta ofende.

Leónidas, sí que nos merecemos algo mejor. Muchos.

Bereni-C, sí, ese es el problema, que el mercado no puede ser el que decida todo. Y con la cultura pasa lo mismo.

Ricardo, ése es exactamente el problema. Que te cuentan las cosas como si fueras idiota. Nico Abad... el colmo de lo dinámico y lo modelno.

8/07/2007 05:34:00 p. m.  

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