18 abril, 2007

El asesino múltiple americano

[...] En cierto momento de su vida, el futuro asesino experimenta una especie de crisis social interna al darse cuenta de que no puede ser lo que desea ser, de que no puede vivir su versión particular del sueño americano. Cuando los asesinos alcanzan ese punto crítico existencial, ya está plantada la semilla para una explosión de venganza asesina. A veces sus motivos son enteramente conscientes (como en los casos de los francotiradores de Washington, o de Essex, Bundy y Panzram), mientras que, en otros casos (como Berkowitz y DeSalvo), son apenas vagamente percibidos. En cualquier caso, es la ambición irrealizable la que los mueve a emprender una especie de asalto subpolítico y personal contra la sociedad, apuntando siempre a la clase o grupo que según ellos los oprime o excluye. Algunos necesitan una justificación mínima para sus actos, obtienen un alivio temporal para su rabia con las matanzas y luego «olvidan» o compartimentan sus recuerdos, como cuando DeSalvo decía: «Yo estaba allí, la cosa pasaba, y, sin embargo, si hablaba conmigo una hora después, o media hora después, aquello no significaba nada». Por su parte, otros construyen elaboradas racionalizaciones intelectuales (Panzram) o espirituales (los demonios de Berkowitz) para explicar y justificar sus homicidios. Sólo unos pocos (como, por ejemplo, Joseph Kallinger y Herbert Mullin, de California, que asesinaba para «impedir terremotos») se despegan tanto de la realidad convencional que construyen sus propios universos, entrando así en ese estado que los psiquiatras denominan locura.

      Sin embargo, lo que todos ellos organizan es una especie de nivelación social, en la que reescriben el universo para incorporarse a sí mismos. Nadie expresó esto más claramente que Starkweather cuando dijo: «Los muertos están todos al mismo nivel». Todos parecen comprometidos en el mismo proceso de afirmar su «masculinidad» castigando a inocentes; en ese sentido, recrean el sistema industrial deshumanizado de una forma que les otorga una posición de primer orden. Cien ojos por ojo. No es ni mucho menos la primera vez en la historia humana que los que se vengan exceden con mucho el grado de agravio original. Tampoco dan forma los asesinos a su misión en una especie de vacío particular y carente de asesoramiento, pues la cultura más amplia les infunde, cual mensaje cifrado, respeto por el alarde violento –una constante especialmente importante en los mensajes de los medios de comunicación a la clase trabajadora–, toda vez que la rápida disponibilidad de materiales estimulantes en libros, revistas, películas, cintas de vídeo e Internet les enseña a relacionar su lujuria con la violencia. Si nos cargaran con la responsabilidad de diseñar una sociedad en la que todos los mecanismos estructurales y culturales propiciaran la creación de asesinos de desconocidos, no podríamos hacer nada mejor que presentar al cliente el molde de los Estados Unidos de hoy.

Elliot Leyton, Cazadores de humanos, el auge del asesino múltiple moderno (un clásico de la criminología).

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3 comentario/s (feed de esta discusión):
Blogger Gerardo escribió:

Para puntillosos y otros policías del idioma: la RAE acepta americano como sinónimo de estadounidense, escogí este adjetivo por ser más cercano a las expresiones que pretendía evocar: sueño americano, estilo de vida americano, etc. Es que hay que explicaros todo, jolín.

4/18/2007 12:42:00 p. m.  
Anonymous Anónimo escribió:

hoy día se banaliza mucho la violencia, vivimos en la sociedad del pánico y se cultiva el egocentrismo y el individualismo. Como consecuencia, se nos enseña a dormir la natural empatía del ser humano cuando sea necesario conseguir algo para lo que ésta nos estorbe. El problema es que a algunos se les duerme para siempre, y poner un arma en este tipo de manos sólo puede traer las consecuencias que observamos de vez en cuando en las noticias.
Una puntualización: violencia ha habido siempre. El ser humano es violento, y casi todas las civilizaciones se han visto tarde o temprano envueltas en sangrientas guerras. La diferencia es que, mientras que antiguamente la violencia perseguía unos fines, actualemente asistimos a un auge de la violencia gratuita. La violencia por la violencia, que no obedece a ninguna causa.
Saludos,
Miri

4/23/2007 08:18:00 p. m.  
Blogger Gerardo escribió:

De nuevo volvemos a la educación. Los expertos (algunos estadounidenses como Jonathan Pincus) informan de que para evitar que se formen sin parar personalidades como la de este asesino es eficaz y económica una política de prevención con ayudas sociales, mejora de la educación, protección del menor y monitorización de las familias en grupos de riesgo (todo esto está muy estudiado); pero se prefiere seguir con la desprotección social, la política de castigo tras el crímen (que está claro que no disuade a un psicópata) y la cultura de violencia que, precisamente, es el caldo de cultivo de estos actos entre otras cosas.

4/24/2007 10:17:00 a. m.  

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