Politically correct speech en el Siglo de Oro
Pues todo es hipocresía. Pues en los nombres de las cosas ¿no la hay la mayor del mundo? El zapatero de viejo se llama entretenedor del calzado; el botero, sastre del vino, que le hace de vestir; el mozo de mulas, gentilhombre de camino; el bodegón, estado, el bodegonero, contador; el verdugo se llama miembro de la justicia y el corchete criado; el fullero, diestro; el ventero, güésped; la taberna, ermita; la putería, casa; las putas, damas; las alcahuetas, dueñas; los cornudos, honrados. Amistad llaman el mancebamiento, trato a la usura, burla a la estafa, gracia la mentira, donaire la malicia, descuido la bellaquería, valiente al desvergonzado, cortesano al vagamundo, al negro moreno, señor maestro al albardero y señor doctor al platicante. Así que ni son lo que parecen ni lo que se llaman, hipócritas en el nombre y en el hecho. ¿Pues unos nombres que hay generales? A toda pícara, señora hermosa; a todo hábito largo, señor licenciado; a todo gallofero, señor soldado; a todo bien vestido, señor hidalgo; a todo fraile motilón o lo que fuere, reverencia y aun paternidad; a todo escribano, secretario. De suerte que todo el hombre es mentira por cualquier parte que le examinéis, si no es que, ignorante como tú, crea las apariencias. ¿Ves los pecados? Pues todos son hipocresía, y en ella empiezan y acaban, y della nacen y se alimentan la Ira, la Gula, la Soberbia, la Avaricia, la Lujuria, la Pereza, el Homicidio y otros mil (Francisco de Quevedo, El mundo por de dentro).
Yo, señora, soy de Segovia; mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero, aunque eran tan altos sus pensamientos que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y según él bebía es cosa para creer (Francisco de Quevedo, Historia de la vida del Buscón).
Yo, señora, soy de Segovia; mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero, aunque eran tan altos sus pensamientos que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y según él bebía es cosa para creer (Francisco de Quevedo, Historia de la vida del Buscón).
Etiquetas: literatura
7 comentario/s (feed de esta discusión):
Aprovecho para pedir disculpas por mi desaparición, he estado sin internet. Después desaparecieron mis dos servidores de imágenes... Espero que se hayan acabado los problemas.
Ah, aquellos que hayan usado alguna imagen mía haciéndome (¡infame y abyecto!) hotlink, mejor que vayan cambiando el enlace. Los antiguos han muerto.
Insuperable este Quevedo. No se puede decir mejor, que hasta los colores nos han cambiado y al granate le llaman burdeos y al beige, visón. Que las peluqueras ahora son estilistas y el camionero, transportista. Al profesor, educador y a la edad del pavo, adolescencia. Y no sabe vuestra merced, que una manoletina ya no es sino una gran masturbación. Atrás quedaron los tiempos de golfillos y pícaros que llamaban por su nombre a las cosas y en estos menesteres les importaba un pepino: pues al pan, pan y al vino, vino.
Un abrazo y feliz retorno.
Jejeje... He empezado a leer esto pensando "Qué quevedesco suena", y claro, es que no podía ser de otro. Díscolo y atrevido el gran Don Francisco, uno de esos amigos que me hubiera gustado tener.
Pues sí, no es novedoso el "politically correct speech", pero tengo la impresión de que hoy en día es mucho más peligroso que entonces, y que hasta se promulgan leyes que en verdad son motivadas por ese miedo a no ser políticamente correctos.
Abrazos a los dos. A ver si no hay más incidencia, a ver...
Una razón más para considerar a Quevedo como uno de los grandes escritores de nuestro país. He de confesar, sin embargo, que al principio he llegado a pensar que el texto lo había producido un crítico de programas del corazón... aunque eso si, utilizando un estilo bastante peculiar.
¿Demuestra esto que no hemos llegado aún a lo más bajo? ¿que en todas las épocas ha habido ikeres, perdón, fulleros y farsantes de palabras grandilocuentes?
No lo había pensado, Bereni-C; pero es cierto. Yo soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado no fue mejor, aunque se me olvida a veces.
Resulta que Perez Reverte no inventaba nada...
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